Síntomas, Hallazgos y Tratamiento
Ricci Luis Emilio
Médico Especialista en Cirugía General
Jefe Residentes Hospital Privado de Comunidad (Mar del Plata)
Fellow de Cirugía Espleno-Bilio-Pancreática Laparoscópica. Hospital Universitario Austral (Pilar)
Teléfono Contacto: (03487) 15 - 324509
La litiasis vesicular (piedras en la vesícula) es una patología de alta prevalencia mundial con variaciones geográficas, en Argentina no hay números exactos, pero un estudio realizado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires estima una prevalencia (proporción de individuos de una población que presenta una característica determinada -patología- en un momento o período determinado) de 22%. El impacto socioeconómico en la salud pública se debe, principalmente, a las complicaciones de esta enfermedad (internaciones y tratamientos establecidos en los servicios de emergencias hospitalarios).
Se define litiasis biliar a la presencia anómala de cálculos en la vía biliar (conductos que comunican el hígado con el intestino) debido a alteraciones de las propiedades estáticas o dinámicas de la bilis y su sistema excretor. El sitio más frecuente de formación de estas “piedras” es la vesícula biliar (litiasis vesicular).
La formación de estas “piedras” es consecuencia de la alteración en los mecanismos de regulación y propiedades físicas y químicas de la bilis. La causa es multifactorial y está condicionada por factores genéticos y alimentarios.
La litiasis vesicular es una importante causa de morbilidad en el mundo. La prevalencia en América Latina es del 10 a 35%. Alguno países de este continente, como Bolivia y Chile, informan porcentajes cercanos al 50% de las mujeres. Entre los factores de riesgo de esta enfermedad, se distinguen el sexo femenino y el embarazo (los cambios hormonales producen cambios en la funcionalidad vesicular, disminuyendo su evacuación y la saturación de la bilis), la edad (posibilidad de padecer litiasis vesicular se incrementa 3% por año), etnias, sendetarismo e índice de masa corporal, sobrepeso, descenso abrupto de peso y cirugía bariátrica o metabólica (provocando alteraciones en el colesterol de la sangre -hipercolesterolemia- así como en los triglicéridos -hipertrigliceridemia- y/o azucar en sangre -hiperglucemias- influyendo directamente en el metabolismo de la bilis y la motilidad de la vesícula), factores higiénico-dietéticos (-tabaquismo, alcoholismo, cafeína, dieta vegetariana-, tienen relación con el aumento en la prevalencia de litiasis vesicular).
Del total de pacientes que tienen litiasis vesicular, solo el 20 a 40% presentarán síntomas y signos asociados, el resto los van a llevar en forma silente hasta que desarrollen una complicación de estos (colecistitis aguda -inflamación abrupta de la vesícula-, pancreatitis aguda -inflamación aguda del páncreas con o sin repercusión difusa- o colangitis aguda -infección de las vías biliares-). Una vez formados estos cálculos y/o diagnosticados con estudios de imágenes, la posibilidad que desaparezcan es casi nula.
Aquellos pacientes que padecen, de aquello que llamamos, “litiasis vesicular sintomática” presentan inicialmente pesadez postalimentaria, distensión abdominal principalmente a nivel del epigastrio (boca del estómago) y eructos, cuadro llamado “dispepsia hiposténica”. La posibilidad de presentar este cuadro por segunda vez, o más, ronda el 40%. Es excepcional, menos del 5% de los pacientes, que los síntomas iniciales sean las complicaciones de los cálculos en la vesícula (colecistitis aguda, pancreatitis aguda, colangitis aguda).
El dolor abdominal está presente en más del 90% de los casos. El mismo se debe a la obstrucción intermitente de la vesícula y se presenta luego de la ingesta de alimentos rico en grasas (aceites crudos, frituras, guisos, comidas cocidas con aceite o manteca) y suele ser progresivo en su intensidad. El cuadro de dolor se puede acompañar de nauseas y/o vómitos, así como de la dispepsia ante dicha. La aparición de fiebre se asocia a complicación de la litiasis vesicular.
El dolor en el abdomen se localiza en la región por debajo de las costillas derechas (Hipocondrio Derecho) y/o a la derecha del ombligo (Flanco Derecho). También se dirige, en ciertas ocasiones y dependiendo de la contextura física del paciente, hacia la espalda (a la altura de la boca del estómago o del riñón derecho).
El estado general del paciente (salud) va a determinar el impacto del cuadro y su potencial complicación (colecistitis aguda, colangitis aguda, pancreatitis aguda).
En los casos que sean portadores crónicos de litiasis vesicular (más de 2 años de evolución), los episodios son leves y bien tolerados, con síntomas bastantes inespecíficos como intolerancia alimentaria leve, nauseas, distensión abdominal, alteraciones en el hábito evacuatorio y hasta pérdida de peso.
La preguntas del profesional en la consulta van a dirigirse a como es el dolor, desde cuando está presente, donde se localiza en el abdomen, su relación con las comidas y el tipo, si tuvo nauseas o vómitos, si alguna vez le dijeron que sus ojos o piel estaban amarillos (ictericia), si alguna vez vio su pis (orina) de color oscuro (similar al color que tiene un té cargado o una bebida cola oscura), si la materia fecal la ha visto de color crema y que flotara?.
En el examen físico puede encontrarse molestia en hipocondrio derecho (región del abdomen por debajo de las costillas derecha). Si, evidenciamos que, hay otros síntomas acompañantes (vómitos, fiebre) o el dolor es intenso, hay que pensar que nos encontramos frente a una complicación de la el cuadro está agravándose.
El diagnóstico de litiasis vesicular se realiza mediante estudios por imágenes. La ecografía abdominal es el mejor método para diagnosticar esta patología, excepto en raras ocasiones. En esos casos no habituales, o en el defecto de no ser concluyente la ecografía, una resonancia magnética con protocolo para estudio del hígado, vesícula, vías biliares y páncreas, estudio que se denomina Colangiografía por Resonancia Magnética.
El tratamiento de esta patología es la cirugía, excepto en aquellos pacientes donde el riesgo de sufrir eventos adversos, que no provengan de la técnica quirúrgica propiamente dicha. En dichos casos el tratamiento médico puede ser pasible de ser utilizado hasta lograr el mejor estado del paciente para ser intervenido quirúrgicamente.
Con la indroducción de la colecistectomía laparoscópica, en el año 1985, avance de la tecnología y capacitación del cirujano, éste método se ha convertido en el abordaje estandar de la litiasis vesicular. Esta técnica quirúrgica permite una breve estadía de internación (menor a 24 horas) con una rápida reinserción laboral (7 a 15 días según actividad que desarrolle).
En conclusión, ante el hallazgo de “piedras en la vesícula” es conveniente consultar con su médico de cabecera y/o cirujano para que le ayuden a llevar adelante el tratamiento de esta patología benigna.